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¿Cómo se da un masaje erótico? Cosas que debes saber para jugar con placer

Hay una regla que no puedes evitar en absoluto: pensar en el placer. La tuya y la de tu pareja. Y hay tres ingredientes fundamentales para que sea satisfactorio: reciprocidad, compartir y afinidad.   Ese tipo de masaje que, a través del lenguaje corporal, proporciona a la pareja bienestar físico y emocional. Por eso el sexólogo Alberto Caputo, psiquiatra y psicoterapeuta que fundó el Instituto de la Evolución Sexual, te invita a experimentarlo en Tantra Usuaya

“El objetivo no es relajar a la pareja o disolver la tensión muscular, sino darle placer a través del disfrute mutuo”, explica Caputo. Un placer que alcanza mayores cotas cuanto más te dejas llevar y escuchas al otro. “Sin miedo a tomar la iniciativa, a liderar el juego y a explorar nuevos límites con la complicidad del socio”.

Caputo habla de los masajes eróticos (y mucho más) en su libro Tienilo stretto (Mondadori), escrito en colaboración con su colega y compañera de vida Alice Natoli. Un libro sobre la pareja y la sexualidad, lleno de consejos prácticos para experimentar con nuevas formas de dar y recibir placer.

El masaje erótico es el camino del placer. Según la sexóloga, de hecho, es una forma de acercarse y sincronizarse con el otro, descubrir lo que es una fuente de placer, poniéndose en juego con su cuerpo. “Ambos miembros de la pareja pueden disfrutar del cuerpo del otro, relajándose, sin ansiedad de rendimiento porque, al menos en las fases iniciales, no se van a estimular los genitales. De hecho, es un masaje progresivo: al principio se explora el cuello, los hombros… se estudian las reacciones, y luego se pasa a las partes erógenas”, dice Caputo.

No puede haber masaje erótico sin reciprocidad, sin compartir y sin afinidad. Pero a su vez, el masaje ayuda a reforzar la armonía: es fundamental que los miembros de la pareja negocien el juego entre las partes y manifiesten libremente cuáles son sus deseos y expectativas. En otras palabras, tienen que “desnudarse”, decir sin inhibiciones “esto me gusta y esto no”.  “Muy a menudo -explica la sexóloga- es precisamente esta franqueza, esta comunicación lo que falta en la pareja. Pero sólo las parejas que se comunican mejor son las que están más satisfechas sexualmente. Pues bien, el mensaje erótico ayuda a la comunicación sexual, ayuda a la pareja a descifrar las señales del otro. Hasta anticiparse a sus necesidades”.

No puede haber masaje erótico sin reciprocidad, sin compartir y sin afinidad. Pero a su vez, el masaje ayuda a reforzar la armonía: es fundamental que los socios negocien el juego entre las partes y manifiesten libremente cuáles son sus deseos y expectativas. En otras palabras, tienen que “desnudarse”, decir sin inhibiciones “esto me gusta y esto no”.  “Muy a menudo -explica la sexóloga- es precisamente esta franqueza, esta comunicación lo que falta en la pareja. Pero precisamente las parejas que mejor se comunican son las más satisfechas sexualmente. Pues bien, el mensaje erótico ayuda a la comunicación sexual, ayuda a la pareja a descifrar las señales del otro. Hasta anticiparse a sus necesidades”.